jueves, 6 de junio de 2013

Más se sufre, más se disfruta

La Primera de futsal de Hebraica venció por 2 a 1 a Alvear en un partido sufrido y no apto para cardíacos en Pilar. En el complemento la visita se vino con todo y casi lo empata, pero Federico Arruguete y Diego Chewi con grandes salvadas mantuvieron el resultado.

El conjunto dirigido por Nicolás Noriega llegaba al encuentro con Alvear del miércoles por la noche con una racha de 4 derrotas al hilo y con la imperiosa necesidad de cortarla. Pablo Pastor y Guido Mosenson no estaban a disposición para este partido, pero sí Federico Arruguete, que reemplazó al 1 y tuvo una enorme actuación.
Empezó mejor el equipo local de la colectividad, que con buenos toques y combinaciones llegaba al arco visitante. Matías Edelstein pudo abrir el marcador con un remate, pero el palo le dijo que no. Sin embargo, Gabriel Edelstein armó una buena pared con su hermano y definió con el arco libre para sentenciar el 1 a 0.
Con la diferencia hecha en el marcador Hebraica siguió manejando el ritmo del juego, y tras un córner hacia atrás Miguel Guglielmo clavó un potente derechazo cruzado para estirar la ventaja a 2 a 0. Con este tanteador finalizó la etapa inicial con cierta tranquilidad en el local.
Pero en el complemento todo cambió, Alvear salió decidido a encontrar el descuento, y desde el minuto inicial puso arquero-jugador. El local aguantaba, pero no podía conseguir la tenencia de la pelota y la visita la recuperaba muy rápido. Pero Hebraica pudo capturar un balón suelto, y Matías Edelstein casi de arco a arco remató por arriba del portero, pero la redonda dio en el palo.
Podría haber sido el 3 a 0, pero todo cambió en un instante. Alvear encontró el descuento en la jugada siguiente con un remate cruzado que pasó entre varias piernas y el match se puso 2 a 1. A partir de ese momento el team de Noriega aguantó con todo y Federico Arruguete se empezó a convertir en figura.
El 1 de Hebraica se lució en varias oportunidades y la más destacada fue a falta de poco para el final, con una doble atajada monumental. Pero el empate pudo haber llegado igual, tras una asistencia que dejó solo al jugador de Alvear para el gol, pero todavía no se sabe bien de donde salió Diego Chewi, que se barrió de atrás, le robó increíblemente la pelota y mantuvo el resultado.
Se sufrió hasta el final, dos salvadas en los últimos segundos del partido, y los presentes que se fueron hasta Pilar el miércoles a la noche vieron una importante victoria que suma mucho en lo anímico. No quedan dudas, que cuanto más se sufre, más se disfruta. Y ésta, se disfrutó en grande.


Por Jonathan Steingard.

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