martes, 25 de octubre de 2011

¿Un punto que sirve?


En un encuentro clave por el promedio, Hebraica visitó a Argentinos por el torneo de futsal. El primer tiempo lo terminó 2 a 0 abajo, pero en el complemento mostró otra imagen y llegó a la igualdad. Los goles fueron anotados por Matías Edelstein y Jonathan Ganon.

El extraño frío de octubre en la noche del martes desapareció por completo con un encuentro donde ambos equipos se jugaban mucho. Hebraica visitó a su par de Argentinos, rival directo en su lucha por mantener la categoría, para comenzar a cumplir sus juegos pendientes. 
Un primer tiempo con pocas luces, más estudiado y con pocos riesgos por parte de los dos conjuntos. El local, firme en su estilo de juego, apostaba por contraataques aguardando algún error de Hebraica. Recién pasados los 11 minutos de juego, fue Argentinos quien con un ataque por la derecha logró abrir el marcador.
El trámite se le complicaba a los de Pilar, sabiendo aun más cuanto implica el estar en desventaja ante este tipo de sistemas. Menos de dos minutos más tarde, con una jugada similar, el Bicho se acomodó en el resultado 2 a 0. Hebraica tuvo escasas chances de gol y a pesar de qué quizás podía haber llegado a un descuento, claramente fue un primer tiempo con poco para destacar.      
Otra cara totalmente distinta mostró la etapa complementaria. El visitante salió decidido a dar vuelta las cosas, con mucha actitud y más rotación con la pelota. Argentinos apenas cruzaba mitad de cancha y solo se limitaba a sacarse el balón de sus pies.
Llegó rápido el descuento, apenas 4 minutos había restado el reloj, cuando una jugada colectiva terminó con un tremendo remate al ángulo de Matías Edelstein para hacer estallar el grito de gol de una noche donde venía ahogada.  
El equipo mantuvo el ritmo, entonado por el 1-2. A falta de 7 para el final, tras un córner desde la derecha,  otra vez apareció Matias Edelstein con una pisada excelente de futsal y un pase al segundo palo que Jonathan Ganon cambió por gol. 2 a 2 y resultado abierto. 
Los minutos finales tuvieron esa emoción que el partido prometía. Varias situaciones para los dos lados podían haber significado otra historia pero el marcador no se modificó. Un empate que deja una sensación extraña en ambos equipos, pero que sirve para seguir sumando de cara a la recta final.
La próxima parada para Hebraica: el domingo como local ante un rival complicado como lo es América del Sud.  Restan varias finales. Queda mucho camino por recorrer…

Por Ariel Edelstein.

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